lunes, 18 de mayo de 2015

Hijos de la luz


El término hijos de la luz, era un término esenio que aparece ya en el libro "Guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de las Tinieblas". A su vez, pertenece al documento llamado 1QM encontrando en las cuevas de Qumrán. En una de sus partes fundamentales, el antedicho documento señala que "... esta es la regla de los hombres de guerra..." es importante observar que este término no aparece sino hasta el siglo I ec puesto que las comunidades esenias lo instauran como un código de alerta para el que sería su Mesías. Por otra parte, es preciso observar que dichos textos de Qumrán incluyen las Reglas de vida de la Comunidad, también llamados "los Hijos de la Luz" o los "Osim", como se hacen llamar a los monjes del Desierto de Judea. Estos hallazgos nos permiten cubrir extensos vacíos de información que se tenían respecto de la época previa al nacimiento de Yeshúa y de la atmósfera espiritual que se respiraba en Judea y Galilea en el primer siglo de la era común.

Curiosamente este mismo término (hijos de la luz) aparece en los Evangelios de manera recurrente y no haría más que reflejar una posible filiación de Yeshúa hacia el movimiento esenio. Esto es plausible dado que, tanto Yeshúa como los esenios, comulgarían con dichos principios teológicos. Veamos, en su evangelio Juan (12:36) nos dice que: "Mientras tengan luz, crean en la luz y serán hijos de la luz". Pero hay más alusiones al respecto: "Tiene la luz del evangelio en su vida" ( Juan 3:19-21). Más delante se puede leer que "Propaga  la luz del Evangelio a otros.  Ama y camina  en la luz" (1 Juan 1: 5-6), asimismo, Juan nos dice que "Está en comunión con los que le rodean" (1 Juan 1:7) Incluso, los evangelios sinópticos señalan que se es hijo de luz "Con nuestras buenas obras" (Mt. 5:15).

Pero esta cosmovisión influye también a un Apóstol tardío, Saulo de Tarso. Saulo dice, de manera clara y muy precisa, en una de sus epístolas, que se mantiene una vida llena de luz (Romanos 13:12-14): Desechando las obras de las tinieblas. Vistiéndonos de las armas de la luz. Andando como de día no en glotonerías, borracheras, contiendas y envidias. Vistiéndonos del Señor cada día: No mintiendo; dominando la ira; No diciendo malas palabras; no siendo dominados por la amargura, el enojo, la ira etc.  (Efesios 4: 24). Así mismo, continúa que se es hijo de la luz, siendo irreprensibles, y sin mancha. (Fil. 2:1) y con el Testimonio que demostramos en: nuestro pensar, sentir, decidir, hablar, reaccionar accionar, etc.

Ya para finalizar debo señalar cierta información, que si bien puede ser considerada como muy osada, es preciso tomarla con cierta cautela, y se refiere a los trabajos del antropólogo Bordeaux Székely (1937) quien señala que en el Evangelio de los Esenios se pueden leer palabras de Yeshúa, pero que fueron eliminadas de la Biblia Cristiana y que fueron recuperadas de la biblioteca secreta del Vaticano. Tales palabras señalan: "...Y Jesús dijo: Felices de vosotros, OH Hijos de la Luz, porqué habéis entrado en el inmortal camino y camináis en el sendero de la verdad, así como lo hicieron vuestros padres desde la antigüedad, quienes fueron enseñados por los Grandes. Con los ojos y oídos del Espíritu ver y escuchar las visiones y los sonidos de la Madre Tierra: el cielo azul donde mora el Ángel del Aire, el espumoso río donde fluye el Ángel del Agua, la Luz dorada, la cual fluye desde el Ángel del Sol." (Ev de los Esenios Vol IV.)

En todo caso, debemos recordar que se han encontrado fuertes indicios de que la comunidad de Qumrán tuvo una fuerte influencia en la comunidad Cristiana primitiva. Sobre todo en la Iglesia de Jerusalén y que la integraban "Los Del Camino" o "Nazareos" que lideraba el apóstol Santiago o Jacobo el Justo, hermanastro de Yeshúa.

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